En la vida no hay coincidencias, y esta es la historia de cómo una canción, se ajustó al momento histórico que se vivía, para volverse un “himno de historia”.
La historia es en síntesis, una sucesión de eventos que logran cambios; buenos o malos, eso sólo puede juzgarse a través del tiempo. Lo que siempre nos llama la atención, en este caso particular es cómo se dan las condiciones, para que la oportunidad, a dichos eventos, sea dada, y el resto, como solemos llamarlo, “sea historia”…
Terminando los años 80, una época de mucha opulencia, lujo y mucho dinero “dando vueltas” alrededor, el panorama no era del todo muy optimista; el mundo, durante los cuarenta anteriores años, había presenciado muchos hechos que habían propiciado cambios. Parafraseando a Sting -él escribía en una de sus canciones que, no hay una revolución sin sangre, y en efecto la historia del mundo, es una historia de luchas por el poder, dejando sangre a su paso.
Billy Joel, quien había publicado en 1986, “The Bridge”, que según cuenta la leyenda, había tenido un éxito, menor al esperado, se preparaba para lanzar su siguiente álbum, cuyo nombre sería, “Storm Front”. En medio del proceso, el compositor de “Piano Man”, sostuvo una charla con Sean Lennon, quien se lamentaba de no haber nacido en los años 50, en donde según él, “nada había ocurrido”…
Joel, que para ese momento estaba en sus cuarenta, reflexionó y pensó en la idea de hablar sobre estos, posiblemente, “desconocidos hechos” para Lennon y toda su generación, mediante una canción, que pudiera publicarse en su próximo álbum, y hablara sobre estos eventos que parece, se habían olvidado.
Con esto en mente, al llegar a su casa, comenzó a pensar en una lista de hechos desde su año de nacimiento, 1949, hasta el momento presente. En una posterior entrevista, Joel decía que fue muy fácil para él hacer esta lista, puesto que los hechos los iba recordando más rápido de lo que iba escribiendo. Esta sería una excepción a las reglas de Joel, ya que siempre, componía primero la música, y luego añadía la letra. Con algunos esbozos de lo que sería posteriormente la canción, tomó la progresión de acordes de una posible canción country, y “encajar” cada uno de los versos con hechos históricos, dentro de aquella melodía, resultaba posible.
Mientras esto, Joel, de acuerdo al “decepcionante” resultado del álbum anterior, buscaba un sonido más “fuerte en la guitarra” de modo que contrató al guitarrista, Mick Jones, y comenzó a trabajar con él en la nueva canción. Todo iba bien, hasta cuando llegó al punto de ponerle un título a la canción: Cuenta la historia, que había pensado en que el nombre debía girar en torno al fuego, pero fue solo, cuando tuvo una conversación con Jan Wenner, fundador de la revista, Rolling Stone, que surgió el titulo, “We Didn´t Start The Fire” (nosotros no comenzamos el fuego), y Wenner insitió en que este, era el nombre adecuado.
Claramente, y como habíamos dicho al comienzo, “el resto es historia”: “We Didn´t Start The Fire” fue éxito número uno en los listados Billboard, enviando a la historia a “Milli Vanilli” y aquel escándalo alrededor del dúo, y a la postre, sería, el siguiente “primer puesto” para Joel, después de “Tell Her About It” de 1983, y su último “número 1” en listas.
Billi Joel da a todas las siguientes generaciones, una lección inolvidable de historia, consignada en el álbum de 1989, “Storm Front”,pero por sobretodo, recalca que “ellos” no comenzaron el fuego; entonces… ¿quién lo hizo?
La Grabación del Cover de “We Didn´t Start The Fire” para Leyendas del Pop…
Una parte esencial de los especiales de “Leyendas del Pop” son los cortos, pero muy sentidos “covers” que en realidad son homenajes (oajalá las reclamaciones por Copyright, tuvieran esto en cuenta, antes de prohibir compartir la cultura) que hago de las canciones, sobre las cuales gira en torno el tema o historia; esta canción en particular, siempre me ha gustado mucho, desde su publicación. Tengo el recuerdo vívo, con mi padre Hernán, en 1989, “muy entusiasmados” oyendo el LP que aparece en las fotografías: Mi padre, amaba esta canción.
El primer esbozo del cover de esta canción, lo grabé a finales de 2019, con la idea de celebrar, -para ese momento- los treinta años de lanzamiento, utilizando una base original de la canción, sin guitarras; unicamente teclados y percusión, (que probablemente pudieron ser remezclados de alguna presentación en vivo de Billy Joel, y posteriormente fueron añadidos otros efectos de sonido de estudio).
Con esta base, grabé y añadí la primera guitarra, del Riff principal, además característico de la canción, usando la Gibson Les Paul Joe Bonamassa Goldtop, una guitarra muy versátil, que redescubro, cada día que la uso. Fue además la compra más irresponsable que he hecho en mi vida, pero eso, es otra historis que algún día contaré…
Posteriormente, era necesario añadir la parte rítmica, que va con el “estribillo” de la canción y se repite algunas veces: Elegí la Fender Stratocaster “HighBlack” con cuerdas Ernie Ball 0.10, diapasón en palo de rosa, y trastes Jumbo, y añadí algo de Chorus, para dar más color. La base rítmica sonaba muy bien, sinembargo, en medio del proceso de grabación surgieron algunos asuntos personales, y no terminé con la canción. Quedó ahí archivada y luego, en 2020, llegó la pandemia, y todo se complicó aún más…
Así transcurrió 2020, y llegando a 2021, recordé que esta canción fue lanzada en diciembre, y que yo tenía una base, ya grabada parcialmente, para celebrar otro aniversario de la canción, que estaba montada en Ableton Live. Estuve entonces, durante algunos días oyéndola, aquellas grabaciones de 2019, pero había algo que no iba bien con ella; algo faltaba en el sonido de la base rítmica después del estribillo. No estaba seguro si se tratara de la falta de otro grupo de acordes. Viendo una grabación en vivo, de Billi Joel, había una progresión de acordes que me cautivaba, y no estaba presente en mi versión (esta canción es muy simple desde el punto de vista de la progresión de acordes). Durante varios días estuve pensando, e incluso, supuse que lo mejor sería olvidar el asunto, hasta que una mañana desperté pensando en que podría incluir la Squier Telecaster, para ponerla en contraste a la Stratocaster, y ver qué ocurría. Sin saberlo, este era el primer paso, para resolver mi dilema…
Antes de prepararme para practicar la sección, en donde añadiría la Tele, revisé una tablatura de la canción original, y encontré milagrosamente, una progresión de tres acordes (ahora mientras escribo esto, antes de entrar a una clase de idiomas, no recuerdo el nombre) -había visto varios videos de diferentes épocas y presentaciones de Billy Joel, tocando la guitarra, pero en ninguna había visto esta progresión desde el traste 12 de la guitarra, sinembargo en dicha tablatura, se sugería ejecutarlos. Grabé entonces una versión inicial con la Tele, conectada a un amplificador VOX Pathfinder, y en efecto, la magia parecia estar en el sonido de la guitarra con los acordes, pero necesitaba más frecuencias bajas. Conecté entonces la Telecaster de nuevo a un amplificador Fender Princeton Reverb “Blackface” RI de 1965, con altavoz Jensen de 10 pulgadas y tubos Tungsol rusos, pasando por un procesador de sonidos Zoom y… “vualá!, ahí estaba el sonido que faltaba, y que había buscado por tanto tiempo!
No podía creerlo. La canción, el cover, la investigación, y el especial para Leyendas del Pop, se habían salvado. Lo siguiente fue la elección del micrófono y la posición, con respecto al amplificador: Esto influía directamente en el sonido de la Squier Telecaster. Decidí combinar el Princeton Reverb, con un micrófono AKG de condensador, puesto a un lado del cono del parlante Jensen, en una posición retrasada, frente al amplificador. El sonido fue monitoreado por medio de unos Sony MDR-7506, y la interpretación, grabada en una sola toma, fue recogida por una interfaz de sonido M-Audio, escribiendo sobre un disco duro G-Technology, conectado a un Macintosh, corriendo Pro-Tools…
… y el resto, como decíamos en el artículo principal, “es historia”. la mezcla la hice en Ableton Live en un Apple iMac, monitoreando el sonido a través de unos altavoces Mackie CR. Lo que más me gusta de todo este proceso, es la diversión implícita que hay, el aprendizaje de nuevas canciones, el reto de acercarse un poco al sonido que logran los artistas en estudios con tecnología de punta y como siempre, una nueva disculpa para tocar mi instrumento favorito: La guitarra.
En los próximos días, subiré el video de la sesión de Ableton Live, con los comentarios sobre la mezcla.
Sobre el autor: *JULIÁN FRANCO OCAMPO.
(Bogotá, Colombia.) Comunicador Social y Periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Amante de la música y músico por adopción. Hizo sus primeros programas radiales en la emisora del Gimnasio Campestre, Briketa, en 1996.
En 2010, se unió al equipo de la emisora tadeísta, Utadeo, con su programa “Conteo Zero”. Ha trabajado como corrector de estilo, programador, editor de video, locutor, compositor de música corporativa, y como profesor. Paralelamente a la educación se desempeña actualmente como consultor en estrategias de comunicación.
En 2015 publica su primer álbum de Rock instrumental, “This Sort Of Things”, (distribuido a nivel global por CD Baby, a través de iTunes). Coleccionista empedernido de vinilos, Cds, guitarras, amplificadores a tubos, amante de las motos y los automóviles clásicos, emplea su tiempo alternando entre, la afición del mundo a motor, su devoción por la música, y su amor a la enseñanza.
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