Hasta qué punto, el éxito supone el medio o el fin para un artista. Es el verdadero punto de partida? Es el punto final? O el éxito es simplemente un punto de inflexión…
En un lejano 1988, los Fine Young Cannibals, se preparaban para grabar los útimos temas del que sería su segundo LP, “The Raw and the Cooked” después de un largo espacio desde su debut en 1985. Algunos factores daban indicios que el álbum sería prometedor: David Z, productor muy cercano a Prince, estaba involucrado, trabajando directamente con el grupo en Paisley Park, el estudio propiedad del propio Prince, ademas de contar con un buen número de temas que se venían grabando desde mucho tiempo atrás, incluyendo, el – “She´s My Baby“en un estado inicial antes de convertirse en, “She Drives Me Crazy“.
Un punto crucial, en el desarrollo de The Raw and The Cooked, consistió en darle forma a este ultimo tema, añadiendo el correcto nombre, el característico falsete en la voz de su cantante, Roland Gift, y ese “atemporal” sonido de batería sintética muy apreciable durante los primeros segundos de la canción, que entre otras cosas valió una demanda a Pepsi, en épocas en que aún no se registraban los sonidos.
El primero de enero de 1989 todo estaba listo para el lanzamiento del LP en europa, y al mes siguiente se haría lo propio en Estados Unidos: El éxito fue inmediato, y por primera vez, Fine Young Cannibals, lograban el primer lugar tanto en Inglaterra, como en EE.UU. A partir del 15 de abril del mismo año, “She Drives Me Crazy” era la canción número 1 en los listados de la Revista Billboard en EE.UU, siendo además un tema con un sonido muy característico y contrastado, en comparación a los sonidos Pop, del momento.
El éxito alcanzado con “She Drives Me Crazy”, en abril, siguió con “Good Thing“, lanzada curiosamente el día anterior, abril 14, y que sería a la postre número 1 el 8 de Julio del mismo año, allanando el camino para que en agosto se colara en listas, el tercer single, “Don´t Look Back“.
Tres singles en listas, un album que mezclaba pop y soul, y en palabras del propio guitarrista, Andy Cox, “30 años de música Pop, en 30 minutos…”, el album resultaba ser un compendio de material que se había grabado desde 1986 con temas que ya habían debutado en películas y que para 1988, constituían material suficiente para pensar en el sucesor del album debut de 1985.
-Una larga espera, entre un album y otro, no es propiamente lo que un artista en asenso quisiera para su carrera- sinembrago, la espera bien valió la pena: The Raw & The Cooked se convirtió en un éxito que iba creciendo de forma inversa a las espectativas que, tanto la banda como el sello disquero, para ese momento, I.R.S propiedad de Miles Copeland, esperaban. Al momento de publicarse, Roland Gift, David Steele y Andy Cox pasaron de ser músicos conocidos en ciertas esferas, a estrellas internacionales que se mudaron de su natal Inglaterra a EE.UU eligiendo como hogar la “cosmopolita” ciudad de Nueva York: Apariciones fugaces en fiestas del “Jet Set“y hasta una portada en la revista Rolling Stone por parte de Roland Gift. A manera de recibimiento, alguien decidió que era una buena idea entrar al apartamento que habitaban en NYC y robar algunas cosas…
Según cuenta la historia, los directivos de I.R.S Records, comenzaron a realizar algunas especulaciones, de lo que sería el siguiente album, que, según la tendencia, decían ellos, sería aún más exitoso que el propio, “The Raw & The Cooked”…
Es bastante curioso, como en la carrera de un artista se puede pasar del plano especulativo, al plano real, solo para volver a estar en el plano de las especulaciones… Básicamente con esto, me refiero a que los artistas se preparan de forma árdua durante largos periodos de tiempo, para, mediante una serie de decisiones y acciones, que muchas veces son basadas en especulaciones, ir recorriendo el escarpado camino al éxito. Una vez se consigue el tan buscado y anhelado éxito, que para ese momento es una certeza, todo se vuelve otra vez confuso: Esto es justamente lo que ocurrió a los Fine Young Cannibals.
La presión, el peso de una fama llegada sin dar aviso, y el no saber cuál rumbo tomar, comenzaron a hacer mella en el grupo. En algunos casos cuando esto ocurre, el sello disquero, ya “acostumbrado” a manejar “superestrellas” tiene un itinerario que se sigue al pie de la letra. Finalmente, hoy día muchos “artistas” constituyen simples “productos” de casas disqueras, y son tratados como productos con una “vida útil” determinada. En ese lejano 1989, ni Miles Copeland, ni I.R.S Records, ni mucho menos los FYC, sabían qué hacer y qué medidas tomar con el inesperado giro que daban los hechos.
Parece que el problema no es llegar a la cumbre, si es que acaso llegar al éxito, se puede tomar como alcanzar dicha cumbre. Parece que la situación va más bien a – mantenerse en ella, o como yo prefiero pensar -es mantenerse al margen de ella…
El éxito, según vemos, es tan impredecible, como el carácter de cada artista y la serie de decisiones que toma cuando atraviesa dicha situación: El propio Roland Gift, en este punto, reflexionaba recordando que cuando la fama llegó a su vida, tras el volumen en la ventas que trajo consigo dicho album, él veía como todo cambiaba a su alrededor, pero él sentía que seguía siendo la misma persona… La pregunta es: ¿Él también debía cambiar?
Así como los éxitos, o las derrotas también, queramos o no, nos cambian. El solo hecho de pasar por la vida, vivir situaciones, y aprender cosas, nos modifica. Siempre cambiamos. Nunca somos los mismos. El éxito no es definitivamente la meta. Para algunos, es el comienzo y el punto de partida para tomar decisiones con presión, que generalmente al carecer de fundamentos, nos llevan al fracaso. Otros más hábiles, se valen del éxito para aprovechando ese posible respiro económico, tomar decisiones trascendentales sobre la vida y el futuro. Muchos de ellos aprovechan el momento para reinventarse, y algunos otros aprovechan para ahora sí, ser quienes quieren ser. Parece que Roland Gift, comprendió que el éxito, era parte de la aventura, pero la aventura había terminado. Fine Young Cannibals dejó de actuar como grupo, y el grupo se terminó sin siquiera decir adios…
“Los ejecutivos de I.R.S al igual que la banda, debieron comprender que este album no era el comienzo de nada: Era el final de algo.”
Por lo general, nos cuesta comprender, cómo, algo que muestra ser bueno, tener un valor agregado, y ofrecer un producto de calidad, puede ser la antesala de un fracaso: The Raw & The Cooked, era y sigue siendo un gran album: Es una mezcla ecléctica de canciones que muestran esa fuerte influencia del género Soul, hacia Roland Gift. Es la conexión perfecta entre el primer y el segundo album del grupo. De hecho, es como una vitácora sobre qué ocurrió entre 1986 y 1988. El album no fue un fracaso: El fracaso fue suponer que una vez se descubre la formula para hacer música que mueva masas y atraiga fanáticos, suponer que esa misma fórmula aplicará para el resto de los albumes que se publicarán en el futuro. The Raw & The Cooked siempre debe ser juzgado como la culminación de un periodo que abarca desde 1986 a 1988 en la vida de unos músicos. Es tan interesante, que algunas canciones fueron producidas por la banda misma, y las otras finales, a puertas de 1989, se produjeron por David Z. Es un album lleno de contrastes. Los ejecutivos de I.R.S al igual que la banda, debieron comprender que este album no era el comienzo de nada: Era el final de algo.
Roland Gift optó por dedicarse a su familia y entregarse a su hogar, aceptando algunos papeles en el mundo de la actuación. Andy Cox siguió intentando la música de muchas formas: Era un hábil ciclista y terminó como el buen Frank Zappa, hasta usándola como un instrumento para crear sonidos y David Steele, trabajó los años siguientes, produciendo a otras bandas. Cada uno pudo hacer lo que quiso. Cada cual, tomó sus propias decisiones en un mundo que definitivamente no perdona errores. The Raw & The Cooked era en definitiva el punto de inflexión.
Si eso ocurrió en ese lejano 1989, ¿qué significa hoy en día alcanzar la fama?
Sobre el autor: *JULIÁN FRANCO OCAMPO.
(Bogotá, Colombia.) Comunicador Social y Periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Amante de la música y músico por adopción. Hizo sus primeros programas radiales en la emisora del Gimnasio Campestre, Briketa, en 1996.
En 2010, se unió al equipo de la emisora tadeísta, Utadeo, con su programa “Conteo Zero”. Ha trabajado como corrector de estilo, programador, editor de video, locutor, compositor de música corporativa, y como profesor. Paralelamente a la educación se desempeña actualmente como consultor en estrategias de comunicación.
En 2015 publica su primer álbum de Rock instrumental, “This Sort Of Things”, (distribuido a nivel global por CD Baby, a través de iTunes). Coleccionista empedernido de vinilos, Cds, guitarras, amplificadores a tubos, amante de las motos y los automóviles clásicos, emplea su tiempo alternando entre, la afición del mundo a motor, su devoción por la música, y su amor a la enseñanza.
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